miércoles, 6 de agosto de 2014

Algunas Tonterías

Despertarte sonriendo porque has soñado con él.
Cantar a todas horas solo porque te sientes identificada con las letras de esas canciones.
Pensar en el a todas horas.
Aprovechar los últimos cinco minutos antes de dormirte para imaginarte como seria tu vida con él.
Estar todo el rato pendiente a ver si te manda un “whatsapp”.
Que se te ilumine la cara cuando te manda un mensaje o cuando te habla.
Mirar una y otra vez esa foto suya que te encanta.
Verle y pensar que no existe nadie como él.
Vestirte pensando si le gustara o no lo que te pongas.
Ponerte roja cuando se acerca a saludarte.
Contarle a tus amigas una y otra vez lo maravilloso que es.
Que te salga esa sonrisa tonta cuando te hablan de él.


Estas son algunas de las muchas tonterías que hacemos cuando nos gusta una persona, con lo fácil que es decir las cosas y en lugar de eso intentamos esconder lo que sentimos sin darnos cuenta de que es obvio para todo el mundo.

jueves, 12 de junio de 2014

Hoy...

Hoy me he levantado con la sensación de que se acaba la primera gran etapa de mi vida. Aunque me gustaría haber estado feliz, ilusionada y contenta ante lo que me queda por vivir, no he podido evitar sentir esa tristeza y amargura que dejan todos los finales. Porque por mucho que lo digan los finales nunca son felices, o al menos a mi nunca me lo han parecido.
Mi padre me contó que no se acuerda de como fue su ultimo día, yo, por miedo a que me pasara lo mismo, he intentado recordar cada momento y cada conversación de esta última semana: los buenos y los malos, las alegrías y los agobios.
Hoy se acaba el colegio, esto es lo primero que se ha pasado por mi cabeza, y por raro que parezca, de pronto he sido consciente de todo lo que implicaba como si nunca antes lo hubiera pensado. Ya nunca más me pondré mi uniforme con mi falda escocesa roja, mi polo blanco con el escudo de Nelva y mi jersey verde;  no va a haber más idas y venidas del colegio, andando en coche o en autobús; no voy a tener más clases ni más exámenes; no voy a volver a pasear por el recreo, ni a bañarme en la piscina, no pasare cada mañana por el oratorio, ni me quedaré a comer en el comedor; no volveré a ir a secretaria a pedir las mil tonterías que se nos ocurren; no veré cada mañana a las que han sido mis compañeras y profesoras durante muchos años;  y sobre todo no va a haber más recreos hablando con mis amigas ni más peleas entre nosotras, ya no tendremos la oportunidad de meter la pata y arreglarlo al día siguiente porque no nos veremos todos los días.
Sin embargo, lo peor de todo es saber que por más que yo quiera cambiarlo ya nunca voy a poder decir que voy al cole. Lo que viene ahora es sin duda maravilloso, pero de momento es también desconocido, y un gran paso que supone dejar atrás nuestra niñez. Lo único que puedo hacer después de más de dieciséis años es agradecerle a mis padres y a mi colegio haber pasado estos años siendo tan feliz, y despedirme muy a mi pesar de todo esto, porque ya no voy a poder ser una alumna orgullosa de Nelva.





martes, 6 de mayo de 2014

Un día en la biblioteca

   Libros, apuntes, libretas, carpetas, bolígrafos, estrés y mucho estudio; eso es lo que supone ahora para mí un día en la biblioteca, la imagen que se forma en mi cabeza cuando suena el despertador avisándome de que tengo que empezar de nuevo.
   Si hace unos años alguien me hubiese dicho que eso iba a ser así probablemente no le habría creído, si me hubiesen dicho que el sitio que para mi era el lugar mas maravilloso del universo se iba a convertir en una de mis peores pesadillas no me habría gustado escucharlo. Y es que para mi, la biblioteca era el sitio en el que mis sueños se hacían realidad, el sitio en el que había algunos talleres preciosos, en el que podía leer miles de libros, tantos como quisiera, e incluso llevármelos a casa para disfrutarlos allí. En definitiva era el lugar en el que me convertía en una princesa, una bruja, una niña con súper poderes, en un grupo de detectives y muchísimas cosas más.
   Tampoco es que lo que me toca hacer ahora esté tan mal, al fin y al cabo tiene sus partes buenas como todo: los descansos con los amigos, las comidas rápidas en el McDonald's de al lado, las bromas y las risas. Sin embargo, no puedo evitar recordar con añoranza aquellos felices sábados que pasaba sin preocuparme por nada y en los que lo único que tenia que hacer era divertirme, pasármelo bien y leer, no parar de leer.
   Gracias a aquellos sábados, a los libros que leía, aprendí a desarrollar mi imaginación, a vivir mil vidas en lugar de una, a creer en los finales felices y lo más importante de todo a disfrutar con la lectura, algo que todavía hago y que es lo que más me gusta.

miércoles, 30 de abril de 2014

¿Qué es poesía?

¿ Qué es poesía? dices mientras clavas 
en mi pupila tu pupila azul.
¿Qué es poesía? ¿Y tu me lo preguntas?
Poesía eres tú.
Gustavo Adolfo Bécquer.

Te quiero


En la época de las telecomunicaciones, el romanticismo mal entendido y la exhibición permanente de los sentimientos, esta es una de las frases mas utilizadas en la sociedad. Esto seria algo muy bueno si realmente se utilizara de una manera sincera y con conocimiento de lo que se dice. Sin embargo, miles de adolescentes repiten estas dos palabras hasta la saciedad quitándoles todo el sentido y la profundidad que tienen.
Se usan para todo, para demostraciones de amor publicas con un chico con el que sales desde hace una semana y con el que cortas en tres días, para decírselas a una amiga con la que una semana mas tarde no te hablas o incluso para decírselas a tu madre y enfadarte con ella cinco minutos después. Lo que estos jóvenes infantilizados no saben es el verdadero significado de esas palabras, la trascendencia que tienen, pues decir te quiero no solo es expresar un sentimiento sino que exige un compromiso, un sacrificio por la otra persona y una lucha constante por mantenerlo vivo, no es un deseo del momento ni algo que se dice solamente para quedar bien.
En contraste con esta desmesurada capacidad que tienen para mostrar su intimidad en las redes sociales y para expresar sus “profundísimos” sentimientos hacia los demás cada cinco minutos, fracasan por completo en las relaciones que exigen un compromiso. Son incapaces de mirar a los ojos a la persona con la que salen y decirle que la quieren y tienen terror al compromiso y a las relaciones serias, pues vuelcan todos sus “Te quiero” en falsas relaciones o en cosas que no valen la pena.
Separan así el amor hacia alguien del compromiso con esa persona, quitándole a ambas cosas todo el sentido que tienen.